Viaje de estreno!

La primera semana de septiembre hicimos unas salidas de pruebas y muchos preparativos para el gran estreno de L’Alliance. Nuestro amigo Romain vino desde Francia a tensar correctamente las jarcias y arreglar nuestro enrollador del genova, así que por fin nuestro palo mayor pudo lucir su forma correcta y todas las velas pudieron ser utilizadas normalmente.

Aún que el pistón hidráulico de nuestro sistema de gobierno estuvo dando problemas hasta al último momento, en cuanto Rocky pudo solucionarlo, el 8 de septiembre, por fin, zarpamos hacia Sóller (Mallorca) en conserva con el velero Pharos de nuestros amigos Dany y Susana, otros cofrades del colectivo libertario del mar. Todavía no habíamos terminado de instalar el piloto automático, así que el Pharos cumplió literalmente con su nombre, ya que estuvimos siguiendo toda la noche su luz de navegación a tope de palo: mucho más fácil y cómodo que tratar de seguir un rumbo en el compás…

Según lo previsto, la mayor parte de la travesía fue a motor, y solo durante la mañana siguiente el viento se animó un poco, y pudimos llegar a Sóller con todo el trapo afuera…  La primera travesía estaba hecha: a partir de allí fueron merecidas vacaciones! Al día siguiente fondeamos en Sa Calobra, lugar extraordinario, y remontamos andando el cauce del río… espectacular.  El siguiente fondeo fue en otra cala muy bonita y salvaje en el norte de Mallorca, cala Figueras, donde no hay muchos turistas ya que sólo se accede por un sendero. Allí nos despedimos del Pharos, y seguimos hacia Menorca.

Pasamos la primera noche en el puerto de Ciutadella, de extranjis, para no pagar los 68€ que pedían(!!), y aprovechamos para rellenar los depósitos de agua, para hacer algo de compras para la cambusa, y para salir a tomar unas merecidas cervezas. Luego seguimos de cala en cala todo el norte de la isla, hasta Cala Fornells, donde tuvimos un cambio de tripulación… Svenja y María nos alcanzaron, mientras Víctor y Maite bajaron para pasar un par de días en tierra con amigos. Al final nos volvimos a juntar todas en Cala Mesquida, al lado de Mahón, y desde allí hicimos la travesía de vuelta hacia Port Ginesta. Tardamos más de lo previsto porque tuvimos bastante viento en contra, así que estuvimos dando largas bordadas que nos alargaron la ruta, pero al menos hicimos una buena parte a vela (algo especialmente agradecido, ya que todavía no hemos insonorizado el compartimento del motor).

En fin, este viaje de 10 días fue una etapa importante de nuestra aventura: fue un estreno, un test donde por primera vez vimos todos los elementos del barco empezar a funcionar conjuntamente, y en cierto sentido vimos nuestro trabajo de 5 años cobrar finalmente vida. El molinete, su cadena y su ancla. El dinghy con su fueraborda. El GPS, el radar, el VHF. La mesa de cartas que por primera vez tenía cartas. la ducha, la escalera de baño, el toldo anti rociones. Los winches, las maniobras y las velas. El grifo de agua de mar para ahorrar agua dulce. Todo de repente empezó a cumplir con su función, cuando hasta ahora había sido todo una abstración (una de las satisfacciones más grandes fue a nivel de autonomía energética y confort: nuestros 4 paneles solares y la eólica llegaron tranquilamente a recargar las baterías, a pesar de nuestros lujosos consumos: 2 neveras, piloto automático, radar, luces, etc.).

Y, a todo eso, se suma la alegría de poder compartir nuestra aventura con más gente, y que L’Alliance sea lo suficientemente grande y acogedora para poder viajar cómodamente hasta entre siete personas, como hicimos en la travesía de vuelta…